lunes, 27 de julio de 2009

Anuncio Oficial

He dicho Luis Contreras

Señores, es oficial que el ilustrisimo Luis Carlos Contreras cambiara de domicilio en esta semana y se radicara en la ciudad de Bogota por causas laborales, obedeciendo a esto las HOMOAVENTURAS INEDITAS inician un nuevo ciclo de locura en la gran Manzana!!!!

Y con el perdon de todos: ¡HIJUEPUTA VIDA ESTOY FELIZ!

lunes, 6 de julio de 2009

Las cuatro estaciones - Verano

He dicho Luis Contreras

Nota: El verano es la estacion mas emocional y es curioso que esta estacion em haya inspirado esta historia, no puedo decir que no estoy sorprendido, pero si puedo decir que estoy gratamente entusiasmado con ella.


“Para descartar esta sensación de perderlo todo, para analizar por donde seguir y elegir el modo....” – Razón de Vivir

Verano

Si hubiera que usar una palabra para describirla seria “Impetuosa”. Allí de pie a la orilla de la playa mirando el mar fijamente con sus profundos ojos negros como con la convicción de que su mirada podría abrir en él un canal que comunicara su Caribe eterno con el océano indico, como si pudiera ordenarle a los peces salir a flote solo con la fuerza de su mirada, se percibía su presencia como una fuerza de la naturaleza desatada, esperando el momento exacto de hacer sentir a los demás mortales su fuerza. Su frente altiva parecía un silencioso reto al sol que se ocultaba dentro de su refugio marino en medio del atardecer de su natal Guajira, y el rictus que se formaba en sus hermosos labios rojos como el granate parecía mostrarle su desprecio por saberse más incandescente que él mismo, como si no mereciese siquiera el honor de que sus ojos le miraran, tal como lo sentían los demás mortales a su alrededor que se habían conformado con solo verla pasar con su paso firme y seguro como si la más dura de las rocas no pudiera detenerla pues su esencia era más solida que la misma piedra y su alma más fuerte que el más puro de los diamantes y más limpia que el mas iridiscente cristal de roca. La gente la veía pasar y percibía el viento como si no silbara a través de la playa sino como si brotara de esa magnífica presencia que nadie podía explicar de dónde había salido, como si su misma esencia fuera tan grande que solo podría haberse formado del mismo material que se forjan los sueños.



Su rostro suave y terso recibía los rayos del sol que le daban un tono ocre a sus mejillas como si hubiese sido hecha de la misma tierra que los demás cultivaban, sus ojos brillaban como la sal que los más jóvenes sacaban de las salinas que rodeaban el lugar y su espigado cuerpo parecía desprender el mismo calor que la sal reflejaba en los medios días de su ardiente labor. Y aun a pesar de ser la más fascinante visión de todo el litoral nadie se atrevía a cruzarse en su camino, pues algunos no estaban seguros que realmente fuera un ser vivo y otros no querían profanar con su presencia una aparición divina hecha mujer. Nadie había oído brotar la voz de su garganta, nadie sabía realmente si podía hablar, los más osados pensaban que simplemente su presencia lo decía todo y los mas taimados solo se atrevían a decir que su voz debía ser la más hermosa de las que pudiera un oído humano escuchar.

Sus dorados hombros lucían descubiertos en medio de la sorpresa de los lugareños de forma permanente, como si la silueta de su piel pudiese ser un reto más a la perfección, pues en conjunto con su espigado cuello podrían haberse considerado los más hermosos que hombre alguno pudiera tocar, si solo se atrevieran a acercársele. Las curvas de su cuerpo se perdían en medio del olán de su vestido dejando a trasluz en ese atardecer guajiro la impresión de sus curvas perfectas y de su belleza oculta por una simple capa de tela que parecía sostener en su lugar solo la voluntad de ella, pues así la conocían ellos. Su nombre era un misterio, nadie sabía realmente nada de ella, pero así la conocían, pues la única ella que podría haber era Ella, Ella resumía para todos la realidad de su presencia, pues solo ella podía ser Ella, y por Ella se referían en las suaves mañanas de creciente brisa y por Ella la conocían en las estrelladas noches del litoral Caribe.

Ella se había parado junto a la playa durante los últimos meses exactamente a la misma hora a presenciar el encanto del atardecer con sus ojos profundos como retando al sol a que se detuviera y la observara, como mostrando el portento de su voluntad, y cuando caminaba en medio del pueblo en un desfile silente de una sola persona que era capaz de detener la vida de todos, se percibía su aroma dulce de mujer que envolvía la voluntad de los hombres y despertaba la envidia de las mujeres, y que luego intentaban sacar de su casa vanamente pues se adhería a cada uno de sus muebles y terminaba por convertirse en parte de su vida, en parte de su ritual diario de adoración a Ella. Nadie sabía el porqué de este ritual, nadie entendía porque de un momento a otro Ella había decidido desafiar al mar o al sol, pero todos la veían pasar como quien vive un sueño, como quien espera un súbito desenlace en una historia que ya era parte de su cultura pues el pueblo vivía solo para Ella.
Pero este día era diferente, Ella veía al igual que siempre con fijeza como el sol avanzaba inclemente rumbo a su encuentro con las aguas en el horizonte, y su mirada fija había cambiado imperceptiblemente, nadie se dio cuenta que ese día ella había caminado más lentamente como diciendo adiós al pueblo, que su aroma era más penetrante que nunca y que su cabello rizado había ondulado al viento más fuertemente como si sus pasos fueran más decididos que nunca, pues los ojos humanos no pueden apreciar la belleza de estos detalles, pues según el lenguaje de Ella las palabras sobraban pues había que leer sus actos como si se tratase de una poesía hecha mujer. Y entonces, cuando el sol toco las aguas, por primera vez en mucho tiempo ella se movió, el pueblo se agito a sus espaldas, muchos habían adquirido la costumbre de observar el atardecer con Ella solo por el hecho de acompañar lo que consideraban un culto casi sagrado, y al mismo tiempo que el sol toco las aguas el pie izquierdo de ella entro al mar, y así como recorría el pueblo día a día, con esa misma convicción empezó a adentrarse en el mar, paso a paso, sin acelerar pero sin vacilar, y lentamente el agua empezó a subir por sus pies, mojando la piel de Ella como si solo el mar tuviera el privilegio de tocarla, nadie se atrevió a intervenir, nadie se atrevió a acercarse, muchos esperaban ansiosos que se detuviera y regresara, pero Ella siguió avanzando mientras el agua llegaba a su falda y la empapaba obligándola a pegarse a sus muslos que parecían tallados de marfil, nadie se atrevió a mover un solo dedo cuando el agua de mar llego a su cintura y empezó a mojar su blusa donde sus turgentes senos parecían luchar con el deseo de salir mientras las olas le golpeaban el pecho, como si retara al mar a detenerla y este no fuera capaz. Muchos pensaron que a su paso el mar se apartaría pues Ella no se detenía, no paraba, no dudaba y no se percibía un solo temblor en su cuerpo mojado de agua de mar, cubierto por la sal que otros osaban sacar de la tierra. Ella no se detuvo aun cuando el mar llego a su barbilla y toco su rostro perfecto, no se detuvo aun cuando su boca se lleno de agua de mar y siguió caminando aun cuando sus ojos entraron al agua, ojos que permanecieron abiertos desafiando al mar como si no hubiera sido capaz de doblegarla mientras caminaba mar adentro, no se detuvo cuando lo único que se veía de ella era su cabello flotando en el agua y no se detuvo cuando sus pulmones se llenaron de agua de mar. Cuando el sol se perdió en medio de las aguas desapareció el ultimo atisbo de Ella de la vista y con el se fue Ella del pueblo.



En la orilla la gente seguía esperando, ahora angustiada pues no podían entender que había pasado, donde estaba Ella o que había sido de Ella, los más valientes se lanzaron al agua y empezaron a nadar para encontrarla pero el mismo mar que no había podido detener a Ella les impedía pasar como si fuese un custodio de una nueva adquisición que era para él su más preciado tesoro, el mar le había arrancado al pueblo su sueño hecho mujer y lo defendía de quienes intentaban arrebatárselo, muchos días la buscaron, muchos siguieron saliendo a la puerta de sus casas al atardecer para esperar que quizá algún día Ella recorriera de nuevo el camino a la playa a través del pueblo, pero Ella jamás regreso, unos días después de su desaparición su ropa regreso flotando a la playa y quedo depositada donde Ella solía retar al sol y aun cuando el pueblo comprendió el significado no perdía la esperanza de que Ella hubiese vencido al mar, pero Ella no regresaba. Fue entonces cuando el pueblo empezó a acudir a la playa a cumplir la cita de Ella con el Sol cada atardecer, al igual que Ella lo hacía, porque sentían que se lo debían, todos se paraban de cara al sol al atardecer en un mudo ritual que les recordaba que ella seguía estando en el mar y que seguirían esperando a que un día volviera. Su olor perduro en las casas mucho tiempo, ese parecía ser su regalo, hubo un tiempo en que cada persona olía a Ella como si fuera Ella quien estuviera presente. Y entonces un atardecer cuando todos estaban en la orilla viendo el sol y contemplando el mar con desconsuelo la brisa arrastro un olor que para todos era conocido, era el olor de Ella y con el olor llego el sonido de la más pura voz que cantaba, que le cantaba al pueblo, una voz que oído humano jamás había escuchado y aunque no fuera cierto todos ellos quisieron creer que era la voz de Ella que los saludaba, lentamente se dispersaron cuando la voz ceso y volvieron a sus casas con la sensación de que habían sido espectadores de un sueño. Mientras desde la oscuridad sobre una roca Ella sonreía mientras agitaba su cola de sirena en medio de la espuma del mar agradeciéndole al pueblo su cariño.



PD: Esta historia tiene nombre, y creo que Ella entendera que es a Ella quien va dirigida. Y si quieren entender mas...aqui les dejo a Mercedes Sosa.