miércoles, 28 de octubre de 2009

Las Cuatro Estaciones - Invierno

He dicho Luis Contreras

No se que hago sentado frente a esta cama otra vez si cada que vengo revivo lo que sucedio, revivo su cuerpo, otrora hermoso, derrotado finalmente por la sepsis, pero bueno, es algo que te debo y que no puedo evitar, prometi contar tu historia y siempre cumplo lo que prometo.

Nos conocimos en una tarde fria del altiplano, yo estaba como siempre padeciendo las mañas de mi familia de visitar el campo, cuando a mi lo que me gusta es la ciudad con todo y su contaminacion, sin embargo fui inexorablemente arrastrado hacia lo que seria el dia mas feliz de mi vida. No recuerdo el nombre del maldito pueblito que llevabamos horas caminando, pero recuerdo claramente cuando pasaste por delante de mi, eras un muchachito delgado y casi podria decirse que sin gracia, pero habia algo cautivador en tu forma de andar, yo te vi pasar hasta que te perdiste de vista, deseando de todo corazon poder alcanzarte y tan solo hablarte. Sin embargo mi madre tenia otros planes, vacas peludas, no se que demonios le veia a esas vacas peludas, cuando ya acababa de tener a la vista lo unico agradable que ese paseo habia tenido para mi.

Bueno, pues habian abierto un criadero de vacas peludas y nos fuimos a conocerlo, que remedio, al entrar el olor a boñiga me causo una repulsion impresionante, no soporto los animales, nunca pude con ellos. El techo de paja del lugar y los mugidos de las vacas daban una impresion realmente rural, las columnas de madera tosca, que sostenian el techo lucian de verdad repulsivas a mi modo de ver, incluso sospecho que tenia un feo rictus en el rostro porque no podia evitar sentir repulsion hacia todo lo que alli habia. De pronto me gire y alli estabas tu, al lado de una peluca de cuatro patas superdesarrollada, acariciandole la oreja al animalejo ese. Subitamente mi interes por la zoologia sufrio un aumento y decididamente esgrimi la excusa que tenia a mano para hablarte. Me contaste todo acerca del animal ese, su nombre, su edad, el porque de su pelo largo y a mi se me olvido donde estaba perdido entre las inflexiones de tu voz y nadando secretamente en tus ojos color miel. Antes de irnos busque desesperadamente la forma de mantener comunicacion contigo, al fin de cuentas el pueblucho ese no estaba tan lejos de Bogota, podria ir alguna vez o tu podrias venir, maldije en silencio haber hablado solo de animales y no de ti, porque a mi las vacas no me importaban, pero secretamente en mi alma se anidaba el gusto por ti. En un rapto de desesperacion tome una servilleta que habia quedado en mi bolsillo tras el almuerzo y garabatee mi numero de telefono y mi nombre sabiendo que hacia una estupidez, pero fue esa estupidez la que te trajo a mi vida.

Habian pasado unos dias desde aquel encuentro maravilloso y aun no sabia nada de ti, incluso intente averiguar el nombre del establo, asi me habias dicho que se llamaba, para intentar ubicarte sabiendo que no tenia una justificacion diferente que la realidad, pero poco me importaba. Mi madre no recordaba, la direccion era solo una vaga indicacion y mi incapacidad de recordar el nombre el pueblo sumaban el peor de los escenarios, varios dias pasaron hasta que me resigne a la realidad de que serias solo uno mas en mi memoria y de pronto un dia mi telefono sono, eras tu, no tenias razon alguna para llamar mas que la realidad, y yo no necesitaba justificacion alguna para tu llamada, me bastaba oirte, saber que al menos por un momento ocupaba tu mente, y que ojala inquietara siquiera tu alma. Lo que siguio fue frenetico, no recuerdo bien cuanto ni cuando hablamos en todos esos dias, pero se que esperaba que mi telefono sonara con la unica esperanza que fueras tu, un par de largos meses se sucedieron antes de que nos vieramos de nuevo, yo estaba ansioso esperando en el anden del terminal y temblaba de emocion ante cada flota que paraba en el lugar donde se suponia llegarias tu, pero no te veia descender. Finalmente senti que una mano se posaba en mi hombro y que tu voz ya conocida me explicaba que te habias equivocado de anden. Yo solo atine sonreir y abrazarte, fue una reaccion impulsiva pero no pude evitarlo, no te habia tocado aun una mano pero ya queria abrazarte como un niño.

Caminamos sin rumbo fijo al principio, tu con tu maletin al hombro y yo con mis pensamientos pesando en el alma, sin saber como explicarle a mama que ibas a llegar a quedarte unos dias a casa, porque no sabia si ella entenderia, pero estaba decidido a luchar por esa posibilidad, tras un rato de charla por fin decidi no aplazar mas lo inevitable, tomamos un bus que nos llevaria a mi casa, a pesar de la hora el bus estaba atestado de gente, cosa que nos obligo a hacernos mas juntos de lo normal, tu pecho rozaba mi brazo derecho y podria jurar que por momentos te repegabas mas de mi cadera de lo que el pasajero detras tuyo te obligaba, casi me sonroje al sentir que te excitaba mi cercania y obviamente a mi me sucedia lo mismo, sin embargo en silencio continuamos nuestro camino pues la presencia de gente parecia romper la magia de nuestros momentos juntos. Un rato despues bajamos en le barrio donde yo vivia, caminamos entre las calles que conocia desde niño pero que me parecia redescubrir a traves de tus expresiones de sorpresa, de pronto el parque donde habia jugado de niño se convertia para ti en el lugar mas divertido del mundo, recuerdo haber reido cuando soltaste el maletin en medio de la hierba y te recostaste en el pasto a ver el cielo, no pude resistir la imagen y me recoste a tu lado a ver por primera vez el cielo bogotano que me habia visto crecer, no se bien cuanto duramos acostados pero se que la primera estrella aparecio mientras hablabamos de la vida, de ti y de mi, pero sin realmente decir nada trascendente, me entere que tu color favorito era el azul, como el cielo, que te gustaba la leche recien ordeñada, te reiste cuando dije que solo habia tomado leche de caja o de bolsa y me trataste de citadino, nos reimos un rato, supe de tu gusto por el vallenato que me horrorizo y supe que te encantaban los caballos que a mi me parecian hediondos, pero a pesar de tantas diferencias te veia arrobado y al parecer tu estabas encantado conmigo. Nunca esgrimiste una excusa para justificar el porque habias venido ni yo busque una explicacion pues no era necesario, lo importante era que estabas aqui.

Nos levantamos cuando el frio nos obligo y seguimos camino a casa, al entrar mi madre estaba preocupada por mi demora, no sabia que yo habia ido a buscarte y le sorprendio verte pues ademas de no reconocerte tu aspecto campesino parecia brotar por cada uno de tus poros mientras ella te veia, sin embargo ella te saludo con afecto te invito a seguir y no hizo preguntas cuando le dije que te quedarias unos dias, no pregunto de donde te conocia, no pregunto por que, no pregunto nada, pero se por el brillo de sus ojos que lo entendio todo. Esa noche mientras me retorcia insomne en la cama sabiendo que solo una pared nos separaba no podia dejar de pensar en todo lo que habia pasado en mi vida hasta ese momento, me parecia como si en mi corazon pandora hubiera abierto la caja de las emociones pues sentia deseo, inquietud, pasion, temor....casi cualquier emocion pasaba por mi mente mientras pensaba en ti, no sabia el nombre de tu madre ni el de tu padre, no sabia si tenias hermanos, solo sabia que te queria, me sorprendio pensarlo, pero era cierto. No cesaba de pensar si estabas en la misma situacion que yo, pero esperaba que si porque me parecia muy romantica la idea de nuestro insomnio juntos separados por una pared mientras nuestros corazones flotaban de la mano uno junto al otro.

Los dias se sucedieron rapidamente y debiste regresar, aun cuando no habia sido necesario justificar nada, tampoco era posible eternizar lo injustificado, asi que finalmente te acompañe a la terminal sin haber rozado aun tus labios por primera vez. Me senti mas solo que nunca cuando el bus partio y me dejo atras, me quede un largo rato sentado en la banca del terminal donde te habia despedido con un abrazo que fue mas entrañable de lo que los transeuntes pudieron notar, en mi cabeza se arremolinaban los pensamientos y las sensaciones que pandora habia dejado salir, y subitamente mis ojos se llenaron de llanto ante tu ausencia, me seque las lagrimas con una sonrisa sin saber que esas mismas lagrimas rodarian una y otra vez por mis ojos en muchas otras situaciones que tendrian que ver contigo.

Unas semanas despues me llamaste a invitarme a tu casa, el campo, mi peor pesadilla, no parecia tan malo si era para estar contigo, sin explicarle a mi madre le dije que iba a visitarte, una vez mas ella lo acepto sin musitar reproche alguno e incluso se ofrecio a llevarme, con algo de temor acepte, pero su muda complicidad era quiza el mayor regalo que habria de hacerme pues sin ella no hubiera podido superar lo que vendria despues. Llegamos al establo donde te vi por primera vez y supe por la expresion de mi madre que comprendia que habia pasado y como habia sido, me dejo sin decir palabras y deslizo en mi mano el dinero del pasaje de regreso sin preguntar cuando seria y se fue sin esperar que tu salieras. Nos vimos una vez mas mientras corrias dejando atras el rastrillo que tenias en las manos y todo sudoroso y sucio te lanzabas en mis brazos con la alegria de los amigos que no se ven hace mucho y con la pasion contenida que ambos albergabamos en nuestros cuerpos, brevemente nuestros labios se rozaron pero nadie podria haber dicho nada diferente a que habia sido accidental, sin embargo la sensacion de tu boca quedo grabada indeleblemente en mi corazon, a diferencia de mi madre, la tuya hizo mas preguntas de las debidas, pero tu subsanaste todo con la explicacion de la visita de mi madre y que te habiamos ofrecido posada en tu viaje a bogota, el agradecimiento campesino de tu madre fue nuestro mejor escudo, desde ese momento y para siempre me gane un lugar en su corazon solo por haberte tendido mi mano cuando lo necesitaste, tu padre, un hombre de campo huraño solo apreto mi mano y callo como si el mundo no se hubiera alterado, lucia como si ni un terremoto pudiera moverlo, casi quede convencido que si la tierra temblara lo haria solo alrededor de el sin atreverse a moverlo por respeto. Tu casa era muy diferente a la mia, mucho mas grande, pues a ti el espacio te sobraba, no como mi casita de ciudad que podria haber cabido en tu sala, la rustica comodidad de las sillas, el calor del fogon de leña, el murmullo del campo me hacian pensar que estaba en un cuento de hadas, todo parecia irreal y lo mas irreal de todo era tu compañia. Cuando la noche cayo cobre nosotros, tus padres se retiraron a dormir, era temprano como la costumbre del campo lo indicaba y tu y yo decidimos partir tambien ante la advertencia de tu padre del ordeño matutino, para mi la mañana empezaba a las 9 am, mientras que para ti a las 4 ya debias tener las vacas listas para el ordeño, tu habitacion era una especie de zarzo, muy amplia y con el piso rechinante de madera, que crujia a cada paso nuestro, me indicaste una cama junto a la tuya y solo entonces comprendi que dormiriamos en el mismo cuarto, mis nervios se adueñaron de mi, no sabia que hacer ni que esperar, no sabia que esperabas de mi pero no lo pregunte y por supuesto tu tampoco lo dijiste. Silenciosamente nos desnudamos para ponernos la pijama sin que uno u otro se atreviera a voltear y nos metimos en la cama en silencio, cada uno en la suya pues ninguno se atrevio a romper la distancia en medio del miedo de la inocencia que aun parecia alumbrarnos, aun cuando mi inocencia era cosa ya del pasado contigo me sentia como redescubriendo cada parte de mi ser.

La noche avanzaba mientras el insomnio seguia presente en mi, y segun percibia en ti tambien pues no hacias mas que dar vueltas en la cama, no se cuanto tiempo paso, pudo ser un minuto o diez años, porque a tu lado perdia la nocion del tiempo, cuando senti que te metias bajo mis cobijas y me abrazabas en silencio, en silencio tambien te abrace y como un hechizo magico el sueño nos envolvio solo para despertarnos abrazados cuando el gallo canto a la mañana siguiente. Nos levantamos, tu presto y yo adormecido, nos vestimos en silencio y bajamos corriendo a la cocina donde tu madre ya tenia listo el chocolate, el pan, los huevos, el caldo y un monton de cosas que hacian lucir la mesa como para un banquete mas que para un desayuno, protesto energicamente porque me habias levantado a esas horas y me dijo que volviera a la cama, yo era un invitado y podia dormir cuanto quisiera, yo le dije que deseaba ver el ordeño, lo que era un mentira y ella lo creyo, yo lo que realmente queria era verte a ti, estar contigo, acompañarte.

Se nos fue la mañana ordeñando y despiojando vacas peludas, a mi se me hacia que estando contigo podria incluso estar despiojando toros y no me daria cuenta porque para mi tu presencia era un balsamo bendito, almorzamos y en la tarde fuimos al pueblo a hacer unos encargos de tu padre, en la noche al regresar caminamos por el campo alrededor de tu casa y de nuevo nos acostamos a ver las estrellas, señalaste una constelacion que mucho despues vine a saber que se llamaba Orion, pues tu tampoco sabias su nombre, y me dijiste que te gustaba, desde ese dia en adelante siempre que vi Orion me acorde de ti, y en las noches de soledad citadina en que no estabas conmigo te sentia cerca pues al ver Orion sabia que en algun lado tu estarias viendola tambien y aunque fuera por un breve momento estariamos conectados a traves de la galaxia entera. Suspire a tu lado una y otra vez pero tu nunca preguntaste la razon, esa noche, cuando ya habiamos pasado lo que se convertiria para nosotros en una rutina, te metiste de nuevo en mi cama, me abrazaste y por primera vez nos besamos, fue un impulso mio al sentirte recostado contra mi pecho, pero tu no te quitaste, ni siquiera dudaste y me besaste con la pasion contenida que teniamos guardada en el corazon. Nuestros cuerpos se unieron a traves de las barreras que la ropa aun formaba entre los dos pero nada diferente paso, solo el hechizo del sueño conjunto que nos envolvia una vez mas, el manecer nos encontro abrazados durante las siguientes noches y una vez mas la falta de excusas hizo que debieramos separarnos, con el dolor pesando en el alma me llevaste al pueblo y esta vez fuiste tu quien se quedo sentado en una banca del parque mientras yo partia hacia bogota dejando mi corazon entre tus sabanas olorosas a hierba y a leña.

Al llegar a casa, mama no pregunto nada, solo como me habia ido y me alcanzo una taza de humeante chocolate que a mi me recordo tu casa, tu amabilidad y tu atencion. Durante los dias siguientes parecia un zombie en medio de la ciudad iba a la universidad como un automata y llegaba a casa por simple inercia, lo unico que me recordaba que estaba vivo era la sensacion de tu presencia en algun lugar en la lejania, no me sentia solo en el mundo pero si sentia la ciudad vacia. Un par de meses despues viniste de nuevo, mama te recibio pues yo estaba en la Universidad, ignoraba que vendrias, llegue con mi maletin al hombro caminando como entre tinieblas y movido solo por el animo de que tu existias, cuando llegue a casa mama abrio la puerta sonriente y con un susurro me dijo que habia algo en la mesa para mi. Yo la bese en la frente y camine hacia el comedor mientras ella se deslizaba al segundo piso en silencio, el sonido de mi maleta al pegar con el suelo llamo tu atencion y levantaste la cabeza de la revista que hojeabas, a mi las manos me temblaban de la emocion pero no podia moverme estaba como congelado de la sorpresa, tu te levantaste rapidamente y me abrazaste, yo te correspondi con un beso que dejaba fluir libremente lo que llevaba dos meses guardando en el alma y sin que supiera como empece a llorar dicendote que te queria como a nadie habia querido jamas y tu solo me abrazabas como a un bebe y me decias que me calmara, si hubiera sabido la razon por la que estabas alli nunca te habria abrumado con mis sentimientos egoistas de amor en los que lo unico que parecia pesar era lo que yo sentia por ti y el mundo se desdibujaba. Comimos en silencio mientras mama veia television, una vez mas las explicaciones sobraban, las razones eran demasiado evidentes como para ocultarlas, esa noche volvimos a dormir en camas separadas unidos solo por el insomnio, mas tarde en medio de la noche atemporal senti como alguien se deslizaba en mi habitacion y mi corazon empezo a palpitar al ritmo de un caballo de paso, senti como te deslizabas en mi cama y te abrace una vez mas recibiendote como la primera vez y besandote como si nunca antes lo hubiera hecho.

La mañana siguiente era un sabado, estabamos desyunando mientras mama iba a comprar las verduras y entonces dejaste caer la noticia como un yunque en la mesa, tu padre te habia hechado de la casa, no queria un hijo marica, segun dijiste, yo no sabia que decir, asumia que mama no sabia que yo era gay, pero una vez mas me sorprendio, al llegar de la compra nos encontro taciturnos y se sento a la mesa a tomar cafe, mientras sorbia su taza le conte que estaba pasando deseando con toda el alma que no me hechara tambien de casa porque entonces no sabria que hacer, simplemente dijo que podias quedarte, que estabas en tu casa y que deberias empezar a estudiar. Dijo que te ayudaria a conseguir trabajo en el mercado del barrio y sonrio como siempre lo hacia mientras decia que no era momento de estar tristes, que a ella le encantaba la idea de tener otro hijo. Yo no sabia que estaba sucediendo, mi mama parecia saber como lograr que el mundo fuera mucho mas amable de lo que en realidad era, me levante y la abrace mientras ella sonreia y me acariciaba la cabeza, extendio su brazo izquiero y te hizo señas para que te unieras al abrazo familiar y asi entre sus brazos quedo sellada lo que seria nuestra primera señal de aceptacion.