miércoles, 7 de mayo de 2008

Canciones de dolor?

He dicho Luis Contreras

Bueno, esta es la primera nota de estilo diferente al que traía el blog, lo siento pero necesitaba escribir y expresar algo, espero les guste.

Es increíble como las relaciones pasadas nos dejan sutiles marcas que no imaginamos, la analogía correcta son sutiles cicatrices que solo duelen cuando se les pone el dedo encima. Una de mis agrupaciones favoritas es Savage Garden, siempre me sentí identificado con su música y sus letras, con su sentimiento e incluso muchas veces me sentí repetido en sus canciones. Ahora a mis 27 años de vida descubrí (hace escasos minutos) que no puedo escuchar algunas de sus canciones porque no resisto los recuerdos que me traen, siento como algunas de esas heridas se avivan, sal musical en mis heridas emocionales, eso es lo que son ahora lo que antes eran mis canciones favoritas. Horrible, lastimosamente horrible pero cierto. “Two beds and a coffee machine” marco una época de mi vida que creí haber olvidado, “The lover after me” marco una mas reciente, sin embargo aun cuando me se sus letras de memoria no puedo soportar las lagrimas cuando las escucho, sobre todo la segunda, trágico legado de mi ultima y fallida relación disfuncional, si es que alguna no lo ha sido, en cierto modo para mi la palabra relación siempre lleva asociada la palabra disfuncional.

Maldita sea, ¿como construimos sueños alrededor de notas musicales y letras melosas?, ¿Cómo podemos pensar que nuestra vida será como esas canciones? Bueno, de hecho mi vida en muchos sentidos es como “The lover alter me”, si alguna canción describe este momento sentimental en mi vida es esa, y quizás por eso no la soporto ahora, porque me obliga a enfrentarme a una realidad que por dolorosa es mejor dejar a un lado, suprimirla, borrarla, eliminarla (¿Donde esta mi diccionario de sinónimos?)… bueno no importa, simplemente quise escribirlo, a lo mejor si convierto estas canciones en algo mas significativo de mi vida pueda volver a oírlas, pero aun si no puedo, me alegra pensar que al menos alguien más las oirá y las disfrutara.

De momento me prometí a mi mismo no volver a revolcar cajones, al parecer no guardo cosas en ellos sino recuerdos, y de momento lo último que quiero es empezar a ver el futuro con la nuca, pelillos a la mar y a seguir adelante que cualquier paso atrás es terreno perdido.